Dead Memory - Capítulo 1 Horrible y cobarde pero hay que huir.

Dead Memory


Capítulo 1
Horrible y cobarde pero hay que huir



24 de Agosto de 1984
Sigo con mi habitual costumbre de dejarte estas páginas que espero que leas algún día, con la confianza de que nuestra hija pueda estar sana y salva a tu lado. Espero que con tus cuidados y tu valentía podamos reencontrarnos de nuevo. Hemos cambiado de refugio como otras tantas veces, no se dónde iremos ni si llegaremos con vida. El infierno se ha desatado. Dios, ¿dónde estás? Tu resurreción al tercer día ¿acaso fue así? ¿Por qué de esta manera?
John, quiero que sepas que intento buscarte, te juro que lo intento, pero no te encuentro, donde quiera que estés por favor intenta reunirte conmigo, por nuestra hija, por Emily. No nos queda tiempo, estas cosas cada vez son más abundantes, no podremos huir mucho más ante el fin del mundo que se apróxima.
Debemos irnos, por favor no ceses en tu búsqueda por reencontrarnos. Anhelo que encuentres cada una de las páginas que te voy dejando por cada suelo que piso.

No queda tiempo. Siempre tuya, te amo, Julia.


Dejo la página encima de una de las estanterias que hay en el refugio. Esas cosas nos han seguido hasta aquí y están derribando la puerta, no hay tiempo y debemos de huir, otra vez más. El hermano de Jason ha sido arañado, tiene unas fiebres tan altas que la piel le arde, delira y no nos reconoce a ninguno. Veo a su hermano como lo sostiene en sus brazos y saca el revólver con lágrimas en los ojos y bajando la mirada hacía él apoya el cañón en la frente y aprieta el gatillo.
No es un asesino pero su hermano ya no estaba con nosotros, todos hemos visto en que se convierte la gente cuando son arañados o mordidos. Estaba preparada para salir con mi mochila y lo más valioso que tengo, la foto de mi familia, cuando se abrió la puerta y esos seres empezaron a entrar, todos echamos a correr con la esperanza de que no nos alcanzaran. No teníamos un plan de huida, porque aunque hagamos lo mismo de un refugio a otro nunca tenemos un plan, ¿se puede estar preparado para huir de monstruos?
Subimos por las escaleras que tenemos siempre ahí, sin saber en el estado en el que se encontraba. Para nuestra desgracia la escalera se rompió dejándome aislada del resto del grupo junto a uno de los supervivientes. Apenas somos unas ocho o nueve personas, y vamos bajando. Veo como las tablas que refuerzan la puerta van estallando poco a poco y como la puerta revienta y comienzan a estar cada vez más cerca de nosotros. Alex se queda paralizado. "rápido, ven aquí, tenemos que saltar" - le digo, pero no me escucha o no puede reaccionar; lo último que veo es el gesto en su cara desgarrada por el pánico y como una docena de esas horribles bestias se echan encima de él y lo devoran. Es horrible y cobarde pero ahora sólo puedo huir y aprovechar la situación para salvarme yo. No puedo hacer nada por él, y unos cuantos muertos vivientes no me quitan la vista de encima, avanzan hacía mí y salgo de ese espantoso lugar.

En este último año he aprendido muy deprisa la vida de la supervivencia y de saber valerme por mí misma, creo en mis compañeros pero si la cosa se pone fea huir o morir, esa es la cuestión. He aprendido a escalar por algunas paredes, a controlar mis saltos y a disparar… ¿cuándo aprendí a disparar? Aún no lo se y no lo recuerdo; es un destello borroso en mi mente. ¿Se aprende a disparar o simplemente debes hacerlo? No se pasan muchas opciones por la cabeza cuando algo que parece poseido se te echa encima con ansias de deborarte y arrancarte las entrañas. Aprendí, no se como pero lo hice, igual que aprendí a sobrevivir en este caos. ¿Vivir? No tengo muy claro qué es vivir... ¿pelear hasta que uno esté muerto y tú quedes con vida? ¿Huir de un lado a otro? ¿Saquear sitios buscando algo de comer? Todo está aislado, destrozado y los establecimientos cada día están más vacíos. Pero esa es la esperanza de seguir adelante para mucho de nosotros, que haya alguien más que aún necesite comida de verdad para vivir y no devorar a quien tienes al lado hasta que muera. Mi esperanza es encontrar a mi a mi marido y a mi hija... hace meses que no los veo, no se nada de ellos y no recuerdo cómo nos separamos, es todo tan confuso...

Sin darme cuenta ya estoy alejada de lo que fue un lugar seguro durante unas semanas, consciente de lo que puede haber a mi alrededor saco mi revólver de mi riñonera y comienzo a dar pequeños pasos en silencio. Veo uno o tal vez dos… sí, aquella cosa que se mueve allí es uno de ellos. Están alejados el uno del otro, pero me aseguro bien de que no haya nadie más en la zona. Guardo el arma para más tarde, posiblemente la necesite cuando me encuentre con un número más elevado de devoradores, como los suelo llamar yo. Me agacho detrás de un coche abandonado que hay comprobando antes que no hay ningún huesped en el interior. Usando de cobertura el vehículo rebusco en mi mochila el hacha de mano que suelo llevar para defensa si no quiero hacer ruido.

Vuelvo a colocarme la mochila en su sitio, suspiro y cierro los ojos: "Lo hago para encontraros", y avanzo agachada hasta el zombie más cercano: con fuerza le clavo el arma en mitad del craneo cayendo al suelo en el acto. Corro todo lo posible siguiendo agachada para cubrirme en una de las paredes que estaban cerca del segundo zombie y creo que no me ve. Avanzo hasta él y cuando voy a clavarle el hacha se me echa encima. Forcejeo con él y a pesar de que es carne muerta sin vida tiene mucha más fuerza de lo que aparenta. Intento pegarle alguna patada para quitármelo de encima pero es inútil, en un arrebato por quitármelo de encima consigo ponerme encima de él y le clavo el hacha en la cabeza. Deja de moverse y yo vuelvo a respirar tranquila y aliviada. Miro el reloj, debo darme prisa en encontrar a los demás o algún sitio seguro donde pasar la noche.

Faltan seis horas para que el sol se vaya y de momento la luz puede ayudarme más que la oscuridad o el brillo apagado de mi linterna. Oh mierda, me estoy quedando sin reservas para la maldita linterna ya que todo lo que tenía se lo di a Lily para que lo organizara. Soy una estúpida.

Ando con mucho cuidado por la calle en la que me he metido, el cortante silencio puede ser más aterrador que los murmullos. Avanzo despacio intentando no hacer ruido y veo lo que parece ser una especie de motel a lo lejos. Me pregunto repetidas veces si habrá zombis o supervivientes, nos hemos encontrado muchas cosas por el camino como para desconfiar de todo. Acelero un poco más el paso sin dejar de estar atenta a cualquier ruido o movimiento del escenario. Cuando por fin llego la puerta está cerrada con un candado, pero saco el hacha de mano y le doy unos cuantos golpes consiguiendo abrirla. Logro entrar en el bloque y me empiezo a poner tensa, no se que me va a salir de aquí aunque todo parece desierto y solitario. No huele a muerto aunque ya creo que distinguiría antes el olor de un vivo que el de esas cosas podridas. No bajo la guardia y con cautela avanzo mirando por lo que parece ser la recepción. Todo parece estar ordenado como si no hubiese pasado nada allí. Indago un poco más y entro en la primera habitación que veo: parece ser una salita muy bien decorada pero no hay rastro de nadie, la cama está muy bien hecha. Pienso que posiblemente sea una habitación de muestra o de descanso de los empleados.

Veo al final del pequeño pasillo una puerta doble con los manillares de metal, me acerco y la abro, bueno, intento abrirla, porque no lo consigo, parece estar atascada con algo. Me parece ver unas letras desteñidas en la puerta: "cocina" creo que pone. Genial puede haber algún alimento pero no se abre por mucho que lo intento, y pienso en que quizás necesite llave. Vuelvo a la recepción y rebusco entre el cajetín de llaves alguna que ponga "cocina" para poder entrar. ¡Bingo!

Meto la llave en la cerradura pero algo me detiene, escucho ruidos al otro lado de la puerta. No se escuchan claramente puede que haya algún superviviente dentro pero no me convence el sonido que oigo. Saco la llave y me retiro. Busco la linternta en mi mochila porque subiré a la planta de arriba, y puede que necesite luz. Veo que en la recepción hay una radio, un mando y algo más que puede llevar pilas así que las reviso por si algunas funcionan para mi linterna. Tengo suerte, parece que al menos tres baterias me sirven. Vuelvo a entrar en la habitación que miré antes y rebusco por todos lado algo que me pueda ser de ayuda. Una toalla medio limpia, un botellín de agua pequeño, pilas, papel higienico y jabones de manos. Algo es algo, me digo a mí misma y los echo en mi mochila.

Después de cambiar las pilas a la linterna avanzo despacio hacía la planta superior, pero esta vez voy más segura, llevo mi revolver en la mano justo debajo de la luz que alumbra mi camino. Aún así voy con cautela y entrando en todas las habitaciones que había abiertas. Estás ya eran diferentes y las camas estaban desechas, todo desorganizado, tirado por el suelo y ... hay manchas de sangre. Mierda, la cosa se empieza a poner mal. Avanzo y me parece escuchar un quejido cuando estoy cerca de una de las habitaciones del final. Despacio, sin hacer el menor ruido y con la linterna ahora apagada, me voy acercando poco a poco hasta que estoy en la puerta del cuarto del que sale el sonido. Me pego a ella y me quedo escuchando intentando identificar que hay detrás. Pongo la mano en el pomo de la puerta y lo giro lentamente hasta que la abro por completo y suspiro alividada al ver que lo que hay allí no son esos caníbales. Es un chico de unos 18 ó 19 años que está sentado en el suelo armado con una pistola. Mi alivio se esfuma cuando veo que me apunta y se me queda mirando a las manos y veo que está así por mi revólver. Bajo el arma diciéndole que se tranquilice, que no le voy hacer daño y guardo mi arma en mi riñonera para inspirarle confianza. Sin fiarse mucho baja su pistola y me pregunta que hago ahí.

- ¿Quién eres? ¿Cómo has entrado aquí?
- Me llamo Julia. He entrado por la puerta principal.
- Imposible, estaba cerrada.
- La forcé. ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Jasper.
- ¿Y qué haces aquí, Jasper?
- Vine hace unas semanas con un grupo de supervivientes, pero sólo quedo yo y un compañero.
- ¿Dónde está él ahora?
- Ha ido a buscar medicamentos y algunos calmantes.

Busqué si tenía alguna herida por encima y le pregunté.

- ¿Te han mordido?
- No, pero cuando estabamos peleando con esas cosas me hice una herida en el pie.
- ¿Cómo?
- Mis compañeros y yo tenemos armas blancas para pelear con esas cosas cuerpo a cuerpo, ya que la munición de las armas son mas bien escasas. Uno de mis "compañeros" me hirió, según él porque me confundió, pero no me lo creo.
- ¿Qué le pasó a tu grupo?
- Hace dos días uno de nosotros salió a por suministros como hacemos siempre, pero le mordieron y se lo calló. Cuando estaba aquí y estabamos dormidos escuchamos el grito de Cicí y cuando fuimos vimos que Andrew había sido mordido y estaba trasformado en uno de ellos. No pudimos hacer nada por los demás porque habían sido mordidos por él mientras dormían.

- Oh, Dios mio... es horrible, lo siento mucho.
- Gracias pero no sirve de nada lamentarse.
- ¿Qué hicistéis con ellos?
- ¿Hacer? No pudimos matarlos y los encerramos.
- ¿Encerrarlos? Esas cosas no son vuestros compañeros, tienen que estar muertos.
- Los metimos en la cámara frigorífica de la cocina.
- ¿En la habitación de abajo?
- Sí.
- Encontré una llave en la recepción y casi entro pero escuché ruidos.
- ¿Cómo ruidos?
- Eran sonidos producidos por algo o alguien al arrastrarse.
- No puede ser… no han podido salir de la cámara frigorifica.

Apenas noté la presencia de alguien más en la habitación hasta que le vi delante mía.

-¿Quién eres tú? - Preguntó desconfiado poniendose al lado de Jasper.
-Soy Julia, no voy hacer nada malo, sólo buscaba un sitio donde pasar la noche.
-Cálmate Shaun, es de fiar, no va hacernos daño. ¿Has traído algo?

Sin apartar la vista de mí se quitó la mochila que llevaba colgada a la espalda y comenzó a sacar unas cuantas cosas.

- ¿Puedo? - Hice un gesto para poder echarle un ojo a su herida y a los medicamentos.
- No parece profunda pero está infectada. Debo buscar algún desinfectante o puede terminar mal.
- ¿Es que eres doctora ahora? - Preguntó su compañero echando una sonrisa burlona.
- Casi, soy enfermera, al menos lo era antes de que pasara todo esto.

Le quité la toalla que tapaba la pequeña hemorragía y la infección y miré el mal aspecto y el olor repulsivo que desprendía. Busqué en la mochila algo que me fuese de ayuda.

- ¿Tenéis algo que pueda contener alcohol, colonia o algo parecido?
- ¿Te parece esto un centro comercial?
- ¿No hay ninguna bebida al menos por todo el puto motel que puedas encontrar? - Le hablé borde, estaba harta de este niñato, “¿se cree que voy hacerle daño?”, por el amor de Dios, intento salvar su jodida pierna. Se calló y se puso serio.
- Iré a buscar. Puede que haya algún tipo de bodega abajo.
- Espera, he recordado algo, no será mucho pero puede servir mientras vuelves con algo que nos pueda ayudar para desinfectar esta herida. Ayúdame a llevarlo a la cama.

Casi a rastras lo llevamos y lo dejamos en el colchón bocarriba haciendo muecas de dolor.

Busqué en mi mochila los jabones de manos que había encontrado en la pequeña habitación junto a la recepción. Fui al grifo que había en ese cuarto pero como imaginaba no había agua. Puede que más adelante me arrepintiera pero no podía dejar a ese chico con esa infección ahí y había que limpiar la herida. Fui al fregadero, con un poco del papel higiénico lo limpié un poco y eché un poco del botellín de agua, eché una pastilla y la masajeé hasta que hiciera algo de espuma. Con la pastilla en la mano fuí hasta el chico y se la pasé despacio por la herida para limpiarla. Cuando acabé le eché el resto del agua de la botella por encima para enjuagársela. Shaun había ido a buscar algo que tuviera alcohol para desinfectar. Mientras tanto le curé como pude la herida y se la vendé. En los medicamentos que había traido había unos cuantos que vinieron como anillo al dedo. Le di uno para la fiebre que empezaba a subir de más y un analgésico para que el dolor se redujera. Pareció sentarle bien, le pedí que confiara en mí, que iba a intentar ayudarle hasta que al día siguiente me fuera. Pareció conforme y se quedó dormido. Me senté en el suelo en frente de la puerta y saqué mi "diario", quizás este sitio era un buen refugio para volver a empezar otra temporada de paz o al menos intentarlo. Pensé en dejarle una nota a John y contarle lo que había pasado hoy. Saqué las ideas de quedarme de mi cabeza, tenía que seguir la búsqueda de mi familia por mucho riesgo que tuviera salir ahí fuera y enfrentarme con los zombis.

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