Descubriendo la oscuridad Capítulo 2

Capítulo 2

5 años antes.

Son las 4:45 de la madrugada y mi móvil no deja de sonar, decido cogerlo por fin y mirando la pantalla veo quien es el que insiste tanto. Daniels, mi superior de la policía. Atiendo el teléfono desganado y con voz adormilada.

-Aquí Ronald, ¿qué sucede?
-Tenemos un aviso de movimiento en las afueras de la ciudad, cerca del bosque.
-¿Y qué tiene eso de importante para que me despiertes a estas horas, Dan?
-Según quien nos llamó no es algo normal, era algo que...
-¿Algo que qué?
-Vio algo que era tan rápido como un rayo… se movía a una velocidad muy impactante.
-Será algún joven que se ha pasado con la bebida y curiosamente estamos a viernes.
-Ronald, tenemos que ir.
-Está bien, en un cuarto de hora nos encontramos en la entrada del bosque.

Me levanto con malas ganas y me quedo mirando a mi mujer que empieza abrir los ojos y a ponerme esa cara que sólo pone cuando sabe que debo irme y que pasará otra noche sola.

-Lo siento cariño, debo ir. Dan me ha llamado y parecia importante.
-Está bien... nos vemos mañana en el departamento.

Trabajamos juntos en el mismo departamento policial desde hace muchos años, nos conocimos ahí y el tiempo junto que nos quita el trabajo nos lo da trabajar en el mismo lugar. Yo soy agente de investigación y ella Doctora forense. Sí, gracias a mi superior Daniels, quien además también era un gran amigo, pudo trabajar aquí. Aunque era doctora y no médico forense la función podía llegar a ser relativamente parecida, según detalló Dan en su carta de recomendación para Melissa.

Con cautela y tristeza me puse la ropa, cogí la chaqueta, mi última prenda de vestir que completaba mi traje y la corbata la llevaba en la mano sin decidir aún si ponérmela o no. Me metí en el coche y encendí la radio a ver si encontraba algún canal por si había novedades. Arranqué y me fui de allí directo a la entrada del bosque donde había quedado con Daniels. Al llegar me encontré sólo, lo único que me acompañaba en aquella oscuridad sobrecogedora era el frío viento de la madrugada. El ambiente era muy tenso; a pesar de que imaginaba que los chicos habían visto lo que su mente les había dibujado, mi cabeza decía que debía tener cautela por el terreno en el que estaba andando. Noté crujidos, pasos que se acercaban a mí, las gotas de saliva resbalando por mi garganta se hicieron más sonoras, en aquél momento de sepulcral silencio todo se hacía más ruidoso.

Pasé mi mano derecha por mi cadera agarrando suavemente mi arma reglamentaria dispuesto a disparar al intruso que se encontrase ahí. Podría ser Dan, pensé, así que mi cuerpo se tranquilizó y volvió a su compostura habitual. No podría ser otro me dije a mí mismo y, con un suspiro tranquilizador, avancé despacio hacía dentro del bosque. Todo estaba muy oscuro, retrocedí y fui a mi coche a buscar en la guantera una linterna. ¿Cómo pude ser tan estúpido de olvidarla? Me recriminé a mí mism. Me senté en el asiento y rebusqué en la guantera donde sin querer tiré los papeles del vehículo, con torpeza los recogí y los dejé en el asiento para buscar con libertad la luz que me abriría camino entre el bosque.

La encontré y guardé todo en su sitio de nuevo, salí del coche y encendí la linterna para investigar lo que habían avistado. Cuando iba andando sentí un escalofrío por el cuerpo que me hizo perder la compostura durante unos momentos. Avancé despacio apuntando a todos los angulos con la luz brillante que me despejaba el paso, cuando de golpe noté como alguien se posicionaba detrás de mí y me golpeaba en la cabeza haciéndome perder el conocimiento. Sólo puedo recordar como una figura mirando a mi cara me llamaba y me sacaba de mi sueño doloroso en el que estaba. Me dolía el cuello, me pasé la mano y sentí algo pegajoso en esa zona. Tenía sangre seca en el cuello: por suerte no tenía hemorragia y se había cortado la pequeña herida. Frente a mí Dan me llamaba insistiendo en que volviese con él al mundo de los vivos, al verme reaccionar en su cara se dibujó una sonrisa, mueca que pude dislumbrar mejor gracias a las luces de las sirenas de la policía y la ambulancia que había por el lugar. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? ¿qué había pasado? La cara de preocupación de Dan me asustó también a mí, no pintaba bien la cosa pero, fuera lo que fuese, me iba a enterar ahora mismo.

-¿Qué ha pasado Dan?
-No lo sé. Cuando vine te encontré en el suelo y había algo encima tuya, disparé al aire y desapareció a una velocidad que no era normal.
-¿Pudo ser un animal, no?
-Ni idea, pero lo que yo vi amigo mio no era algo animal, al menos no algo que conocieramos.

Me dio la mano y cogió impulso para ayudarme a levantarme del suelo. Vi que un médico de la ambulancia se acercó a mí para curarme pero le hice un gesto con la mano insistiendo en que estaba bien, que sólo necesitaba hablar con mi amigo. Juntos nos alejamos del alboroto y decidimos investigar por nuestra cuenta. Cuando íbamos avanzando por el tercer camino más o menos vimos unas pequeñas marcas de sangre en uno de los arboles, las marcas iban creciendo a medida que avanzabamos hasta que la marca dejó de serlo para convertirse en un charco de sangre. Encima de él había algo. Dan y yo nos miramos a la cara haciendo un gesto con ella y apuntamos con la linterna para comprobar que lo que había era el cadaver de lo que posiblemente había sido una persona. Estaba completamente descuartizado, irreconocible y desangrado. Dan sacó la radio de su bolsillo.

-Aquí Willians, ¿me reciben? - Esperó unan respuesta y continuó. -Aquí Willians ¿me reciben?
-Adelante Willians, aquí Jameson, te recibo, ¿qué habéis descubierto?
-No lo se Jameson, pero todo lo que podemos ver es un puto cadaver descuartizado y mucha sangre, avisa al equipo y que se prepare. Irá Ronald para enseñaros el camino, necesitamos luz y deprisa, el tiempo apremia.

-Tenemos que darnos prisa o la lluvia que se apróxima nos joderá las pocas pruebas que tengamos. - Le dije a mi compañero.

Avancé por el camino en el que había venido y me reuní con mis compañeros de la policía y ambulancia para llevarlos al lugar del crimen. Una vez allí iluminaron la zona y pudimos ver mejor la bestialidad que habían hecho, un crimen que nos traería trabajo. Era imposible reconocer el rostro a simple vista o si lo había.
La policía cogió pruebas del lugar, todas las que pudo, pero era imposible encontrar todas con la oscuridad de la noche, por suerte en poco más de tres cuartos de hora amanecería y la luz del amanecer nos brindaría más posibilidades de averiguar que pasó allí.

-Por la brutalidad y las marcas en los desmembramientos no se hizo con una cuchilla u objeto cortante sino con una dentadura.
-¿Por qué lo aseguras?
-Fíjate bien en las marcas que hay alrededor – apuntó uno de los policías a lo que parecía ser un brazo de la víctima. - Son mordeduras, marcas de dientes, dientes... extraños.
-¿Podría ser que lo que atacó a esta persona fuese lo que me atacó a mí? - Pregunté con un nudo en la garganta.
-Es posible, pero que tú estés vivo nos asegura que el Señor Willians llegó a tiempo.

Dan me colocó una mano en el hombro a modo de apoyo y lo miré fingiendo estar bien, pero la verdad es que me horrorizaba la idea de haber podido morir como ese pobre chico o chica.
-¿No habría que llamar a la forense?
-La llamaré yo.

Dando la espalda a mis compañeros me saqué el móvil del bolsillo y marqué el teléfono de mi mujer, cuando contestó con voz durmiente me dio pena despertarla de su sueño, seguro que le había costado dormirse después de irme de allí.

-Melissa, necesito que vengas a la entrada del viejo bosque, hay un cadaver que necesitas procesar y las muestras debes tomarlas tú.
-¿Estás bien cariño? - Noté la preocupación excesiva en su voz.
-Estoy bien cielo, te quiero, ten cuidado, ahora nos vemos.

Miré a Dan a los ojos y me puse un pañuelo en el cuello, con este simple gesto comprendió que era mejor no contarle nada a Melissa, sería preocuparla de mas. Ya estaba amaneciendo y el día iba saliendo cuando mi mujer llegó al lugar del crimen, yo estaba esperándola en la entrada para acompañarla hasta la escena. Cuando llegó su mirada se tornó horrorizada: pudo ver que lo que había allí no era algo normal, su cabeza se giró hacía mi y sus ojos se clavaron en los míos, sonreí para tranquilizarla y siguió con su trabajo. La vi recoger varias muestras y procesar lo que quedaba del cuerpo.

-Cuando haga un examen más profundo en el depósito y saque algo mas os avisaré. También os recomiendo pasaros por el laboratorio, hemos encontrado algunas muestras que debemos procesar a fondo.

Necesitaba alguna explicación más que diese luz a lo acaecido allí esa noche y conociéndome como me conoce lo notó en mi expresión.

-A simple vista sólo puedo decir que es un varón entre los 18 y 20 años. Puso resistencia pero no pudo hacer nada ante su agresor. Las heridas indican que no fueron hechas con un arma blanca. Los cortes no son limpios hay rasgaduras y muescas, lo que nos indica que son mordeduras. Si os fijáis bien en los bordes de algunos de los miembros veréis que son marcas de dentadura.

Escuchábamos atentos su explicación forense hasta que su cara cambió y su expresión se volvió firme y dura.

-No se qué lo atacó, ni cómo ni por qué: sólo os puedo decir que esa cosa no era humana. Los dientes son demasiado pequeños para ser de un animal y demasiado grandes para ser de un humano, las marcas parecen mostrar piezas dentales puntiagudas y afiladas sin embargo no lo suficiente para hacer un corte limpio. Algunas partes no están mordidas están... arrancadas… como si algo las hubiera separado del cuerpo. Aún así no puedo encontrar el "arma" que puede dejar un rastro así. La brusquedad es como si hubieran sido arrancadas de alguna manera, separadas a la fuerza.Es todo lo que puedo deciros por ahora en este estado, pasaros más tarde por el depósito y laboratorio y os informaré si descubro algo más.

Con el informe apróximado de mi esposa y las palabras de Dan "había algo encima de tí" me quedé pensando en la posibilidad de que esa cosa fuera lo que mi mujer decía, no humana... pero si no era humano… ¿qué era?