[Naruto]La fugitiva de la pasión+18 Karin y Sasuke cap 1
La fugitiva de la pasión
Capítulo 1
Fugitiva
Me encuentro encerrada en una celda, custodiada por dos guardias de Konoha. Miro el retratro de Sasuke, que tan bien cuidado tengo siempre. Recuerdo cuando lo hice, justo antes de que empezara toda esta locura de venganza contra los que habían hecho sufrir a su hermano.
Aparento estar desequilibrada pero, la verdad, estoy muy cuerda. Miro una y otra vez la foto de este maldito Uchiha que me tiene completamente enamorada.
Dejo el cuadro en el suelo durante un momento y lo observo detenidamente, por mas que le miro y lo intento, no puedo odiarle. Ha intentado matarme, la razón de que esté viva es que una antigua compañera de él intentó engañarle, vinieron mas compañeros y me salvó. Estaba dispuesto a atravesarme nuevamente con el Chidori, como si no le importara, como si no hubiese significado nada para él.
Maldita sea Sasuke Uchiha, cómo demonios sigo amandote después de todo lo que me has hecho. Siempre con tus desprecios y yo dispuesta a curarte, seguirte y amarte. Siempre accediendo a tus peticiones, por mas oscuras y siniestras que fueran.
Grito maldiciones, palabrotas y no puedo evitar echarme a llorar recordando aquellos momentos en la guarida de Orochimaru, justo antes de que tú le mataras. Era su exclava, su proyecto y su experimento, el cual estaba destinado a servirte a ti. Siempre estaba contigo, ayudándote en todo lo que me pedías. Esperando que algún día te fijaras en mi.
En aquel entonces no eras así, tenías sentimientos y sentías la pasión de un joven que quería conseguir poder y descubrir otros puestos.
Aunque nunca me amaras siempre tenías una palabra amable para mi, es mas, me elegiste como parte de tu grupo.
Si sólo pudiera verte una vez mas y recordarme a mi misma que eres de lo peor y que tengo que olvidarte.
Pero aún hay una posibilidad. Cojo su retrato y lo abrazo, diciendo insultos y halagos hacía aquel joven de pelo azabache. Parezco una bipolar, una loca que habla a una maldita foto. Me giro, quedando de espaldas a mis guardianes en la cárcel, los escucho susurrar y se que están hablando de mi, es entonces cuando me quito mis gafas y en una de las patillas encuentro la solución.
Orochimaru me crió, dándome habilidades de una kunoichi médico, pero también me enseñó que una mujer podía ser capturada mas fácilmente y tenía que valerse de todos los medios posibles para escapar.
Recordando las palabras y enseñanzas de mi sensei, retiro la funda de la patilla de las gafas y el reluciente bisturí aparece ante mi. Corto en los laterales del cuadro de Sasuke y retiro su foto, es ahí donde se encuentra el valioso material que me llevará de vuelta a la libertad.
Entre ganzúas y un doble fondo encuentro algo de polvo somnífero que tenía guardado. De manera disimulada, cojo la bolsita de plástico y con el polvo en mi mano me doy la vuelta y soplo hacía los dos guardias, que jugaban a una partida de cartas tranquilamente.
Estornudan y caen al suelo en pocos segundos, es entonces cuando aprovecho y usando mi habilidad y las ganzúas, como me enseñó Orochimaru, salgo de allí y me escapo.
La entrada estaba llena de guardias, lo cual iba a impedirme salir de allí sin que me vieran. Es entonces cuando recuerdo algo que me podía servir de ayuda. Justo cuando me traían hasta esta sala de interrogatorios, vi en el camino un cubo de basura. Dispuesta a dejar de lado el asco que sentía, me fui escondiendo a cada paso que daba, hasta que finalmente llegué a la zona de residuos, donde estaban los cubos de basura de la aldea.
Con lágrimas en los ojos del tremendo asco y angustia que sentía, me metí en uno de ellos. Con el bisturí tracé un pequeño rectángulo para que pudiera dejarme algo de visión y comencé avanzar ahí escondida.
Estaba cerca de la salida de Konoha, si todo iba bien, pronto escaparía sin problemas. Mi suerte se vio jodida cuando siento que me quitan mi tapadera y levanta el cubo, dejándome expuesta y sin saber como reaccionar.
Un crío de unos cinco o seis años me mira completamente boquiabierto.
-Señora, ¿quién es usted? - Maldito niño del demonio, y me llama señora.
-¿Y tú? ¿Quién eres tu bonito -Pregunté suprimiendo mis ganas de lanzar a ese dichoso crío por la cantera.
-Soy Torrojamaru, ¿No es un poco mayor para jugar al escondite? Yo quiero jugar. - Me hizo un mohín que me dio la excusa perfecta.
-Oh, claro. Juega conmigo, Torrojamaru. - Sonreí maliciosamente. - ¿Tienes más amiguitos cerca con los que jugar?
-No, siempre estoy solo, los niños de la aldea no quieren jugar conmigo.
-Pobrecito, jugaremos los dos. - Ahora o nunca, Karin. - Venga Torrojamaru, yo me quedaré aquí a contar hasta veinte y tú te escondes ¿vale?
-Vale. - El niño no se había dado cuenta de mis maliciosas ideas.
Salió corriendo mientras yo me hacía la tonta y fingía contar. Cuando vi que desapareció salí corriendo con el cubo y pude escaparme de la aldea. No disponía de mucho tiempo, el gas somnífero no duraría mas de una hora y tenía que lograr salir de las afueras de Konoha y escabullirme sin que me encontraran.
Esta villa parecía distinta, pero no eran ningunos estúpidos y yo sería una prisionera durante un tiempo. No era para ellos de fiar, lo cual comprendía.
Iría a buscar a Sasuke, tenia que hablar con él y que me explicara cara a cara por que me ha traicionado de esa manera. Tenía dos resultados a la posible charla, una morir y dos, seguir siendo su juguete para curarle. No se lo pondría fácil, si creía que iba a arrastrarme y caer rendida a sus pies estaba listo.
Intenté localizar el chakra de Sasuke, pero debía ser muy débil por que me costó mucho dar con él. Cuando lo localicé salí corriendo en su búsqueda. No estaba lejos de donde intentó matarme. Me acerqué a la zona donde había estado mi cuerpo, tirado en el suelo. Ahí hubiera muerto si no hubiera sido por esa chica de pelo rosa que lo distrajo y me curó. Me agaché y toqué con mis manos mi sangre y la de Danzo, ya seca en el suelo. En mis manos empecé a sentir la humedad de mis lágrimas, que sin darme cuenta habían empezado a salir de mis ojos. ¿Por qué Sasuke? Yo siempre te he ayudado en todo lo que me has pedido y así me lo pagas, intentando matarme maldito bastardo.
Me recompuse y me sequé las lágrimas. Entonces noté el olorcillo a basura que desprendía de mi ropa y mi cuerpo, maldito cubo de basura asqueroso. Presentarme así ante Sasuke iba a ser una manera de que volviera a humillarme. Sin pensármelo dos veces me acerqué a un lago cercano, me desnudé y me metí en el agua a darme un baño relajante mientras maquinaba mi plan para presentarme frente al Uchiha menor.
Con los ojos cerrados y completamente relajada me hundía en el agua templada por el sol y suspiraba de puro gozo. Una voz familiar me sacó de mis pensamientos, un chakra conocido se acercaba y rápidamente intenté buscar mis gafas para comprobar mis sospechas.
Quizás mi mente me estaba pasando una mala jugada, aunque mi manera de sentir el Chakra no fallaba nunca.
-Vaya Karin, sigues viva. - Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. - Debí haberte matado yo mismo cuando tuve ocasión.
-¡Sasuke! - Grité asustada. Pese a ver estado preparada y decidida a presentarme delante de él, ahora no sabía que demonios hacer. - ¿Qué haces tú aquí?
-Y yo que creía que estarías moribunda encerrada en una jaula contando secretos sobre nosotros, y mira tú por donde, te encuentro aquí, tan tranquila bañándote en el lago.
-No...-Tragué saliva. - No he dicho nada.
-¿Seguro? - Empecé a sentir el agua arder cuando lo vi quitarse la parte de arriba de su ropa y con intenciones de desnudarse por completo. - Bueno Karin, tengo que asegurarme que no has dicho nada que me pueda perjudicar.
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