[Naruto] Flores de deseo +18 [Itachi y Konan] Capitulo 7 - Encrucijada
Capítulo 7
Encrucijada
No me mira como otros días, pasa de mi como si no le importase absolutamente nada ¿Qué te pasa, Itachi?.
La mano de Pain me rodea la cintura y al mirarle a la cara observo hacía donde miran sus ojos, miran al Uchiha que me atrae. ¿Por qué le mira así? ¿Acaso sabe lo de nuestra atracción? Es claro que nos atraémos, que nuestro cuerpo despierta un deseo cuando estamos cerca el uno del otro, pero sin embargo nunca hemos sucumbido a la pasión y nos hemos dejado llevar. Tampoco se si podría, si mis sentimientos me lo permitirían y si mi cuerpo estaría lista para él.
¿A quién pretendo engañar? Claro que estaría lista, por eso mismo cada vez que le tengo cerca o sus manos me tocan siento humedecerse mi entrepierna y lo único que puedo hacer para disimularlo es apretar los muslos y aparentar normalidad.
Vuelvo a mirarles y veo la rivalidad entre ellos. Maldita sea. Maldigo esa situación, no quiero verlos como rivales por mi, no es el momento de eso ni tampoco es la ocasión. Veo el Sharingan de Itachi retando al Rinnegan de Pain, cuando soy testigo de que el Uchiha cierra los ojos y baja la cabeza aceptando sumisión ante él. Me apena verle así, no merece eso. Pero no puedo quejarme, debo seguir con mi camino y aceptar los deseos de mi dios.
Terminamos la reunión y tengo que ir con Itachi hacía nuestra misión. Le veo salir de la habitación y voy a alcanzarle cuando Pain me sujeta la cintura impidiendo que avance.
-¿A dónde vas, Ángel? - Me pregunta en un tono que no logro entender.
-Debemos ir a la misión que nos encomendaste, Pain.- Respondo desconcertada.
-Tú no.
-¿Qué?
-Tú no irás con él. - Definitivamente Pain sospechaba algo de nuestra atracción.
-Pero dijiste que yo era su compañera, Pain...- Me suelto de su agarre. - ¿Qué estás haciendo? ¿A qué viene todo ésto?
-No soy estúpido, Konan. - Que me llamase por mi nombre con ese tono implicaba que hablaba muy enserio. - Puedo darme cuenta de vuestro estado de ánimo cada vez que estáis cerca, el ambiente se carga y se tensa.
-Pain, te estás equivocando. - Digo a sabiendas de que esta afirmación puede ofenderle. - No hay nada entre Itachi y yo.
-¿Estás diciendo que me lo invento? - Me agarra del brazo y por un instante no logro reconocer al chico que tengo delante de mi. - Ángel, tengo que protegerte.
-No, lo que te digo es que ves cosas donde no las hay. - Le cojo la cara con mis pequeñas manos. A vuelto mi dios. - No me pasará nada.
-Le prometí a Yahiko que te protegería, y eso es lo que haré cueste lo que cueste. No permitiré que nadie ponga sus manos sobre ti.
Puedo entender sus palabras y su forma de comportarse. Siempre ha cargado con la culpa de la muerte de Yahiko, siempre ha sentido el deber de protegerme y mantener la promesa que le hizo. Pero debe entender que soy adulta y tengo mis propias defensas.
Escuchamos la puerta nuevamente y ambos nos giramos, veo aparecer a Itachi calmado y andando despacio hacía nosotros.
-Tenemos una misión que hacer, Konan. - Mira a Pain mientras pronuncia esas palabras.
-No será ella la que vaya contigo. - Me agarra del brazo posesivo mientras Pain responde por mi. - Puedes ir solo, Itachi.
-La misión estaba prevista hoy para dos, líder. - Puedo ver la dificultad de Itachi al recitar esas palabras, casi siseando.
-Pain, debería ir con él. No queremos que nada entorpezca los planes, ¿No?. - Aunque sabía su decisión y lo que opinaba sobre eso no podía dejar a Itachi tirado y Pain debía entender que no podía tenerme clausurada en este sitio sin hacer nada. - No puedo quedarme sentada sin hacer nada.
-Ve. - Iba a soltarme de su agarre cuando estiró de mi y me pegó mas a él, me acarició el pelo apartándolo de mi cara y miró a Itachi. - La quiero intacta, Itachi, no permitiré las manos de nadie encima de ella.
-Hmm. - Se limitó a decir, sin comprender por que sonreía de aquella manera. - ¿Hay algo que me quiera decir, Líder?
-Te lo he dicho ya. No quiero las manos de nadie sobre ella. Es mía.
Nunca había visto a Pain de esa manera conmigo, tan posesivo y tan a la defensiva con alguien por mi.
Me encontraba en medio de dos hombre que querían algo de mi, Itachi despertaba el lado salvaje y animal, mientras que Pain era el lado protector y familiar. Alguien con quien jamás tendría ninguna relación que no fuese como de la familia. Pero Itachi encendía la llama sexual en mi interior, sacaba mi parte sensual, la curiosidad respecto al sexo y me atraía mucho su frialdad y misterio. Estaba en una encrucijada de dudas que no podía resolver.
-¡Pain! - Dije mirándole fijamente a los ojos. - Por favor. No eres asi.
-Ángel, debo protegerte. - Me soltó completamente de su agarre. - Debo mantener mi promesa.
Sonreí a Pain y le di un beso en la mejilla, me di la vuelta y me fui hacía la puerta seguida por Itachi, que avanzaba con lso ojos cerrados.
-No debes retarle, Itachi. - Digo tras un largo silencio abrumador. - Pain puede acabar contigo en cualquier momento, no debes hacerle enfadar.
-Estás muy segura de que tu dios puede conmigo. - su arrogancia no tiene límites. - ¿Qué tan fuerte es el líder?
-Más de lo que puedas imaginar. - Confieso orgullosa. - Es un Dios, no tiene debilidad.
-Todo gran jutsu tiene un punto débil. -Paró en seco y se quedó mirándome a los ojos. - Todo ser humano tiene una debilidad, Konan.
-Pain no. - Aseguro quedando a su altura. - Él no.
-Tú. - Me dice y se acerca mucho más a mi hasta a estar a excasos centímetros. - Tú eres su debilidad pero...
-¿Pero qué? - Pregunto confundida.
-Nada. -Se dio la vuelta y avanzó. - Sígamos adelante.
Durante un buen rato seguimos en silencio, llegamos a nuestro destino, hicimos nuestra misión y volvimos con Pain. Entró a darle el informe y me quedé en la puerta esperando que saliera. Cuando salió él entré y me quedé con Pain durante el resto de la tarde. Estaba anocheciendo y pronto nos reuniríamos para la cena.
Me fui a mi habitación un rato antes de ver a los demás y antes de llegar me encuentro a Itachi en la puerta.
-¿Qué ocurre Itachi? - Pregunto extrañada. No puedo esconder lo que siento cada vez que le tengo cerca.
-Dentro. - Me dice impaciente por entrar. - Hablemos dentro.
Sin comprender muy bien que sucede abro la puerta y entramos, Itachi cierra a su espalda, me empuja contra la pared y pega su cuerpo al mío.
-Lo siento, he intentado hacerlo pero no puedo. - Confiesa agarrando mi cintura. - Mírame.
-Itachi...-Apenas puedo hablar al sentirle así. - ¿Qué... qué haces?
-Mírame, Konan. - Su voz me suplicaba, pero no podía caer. No era estúpida, sabía lo que sus ojos podían conseguir. - Dime al menos si lo deseas.
-Itachi...- Claro que le deseaba, deseaba sentirle en mi interior moverse y disfrutar de mi, que me poseyera de una maldita vez y hacerle disfrutar. - No...no puedo.
-¿Por qué? - Susurró. - ¿Por qué no puedes? Dímelo y dejaré de insistir.
-Por favor, no...- Me moría por decir que si, pero no podía, el recuerdo de Yahiko me atormentaba. - Nunca podría hacerlo.
-Nunca digas nunca, Konan. - Su seguridad era tan alta que me hizo dudar de mi misma. - Haré que te liberes de esta encrucijada, mas tarde o mas temprano, pero lo haré.
-Lo siento, Itachi. No puedo hacer...-No pude continuar, cuando la lengua de Itachi entró en mi boca buscando la mía.
-Déjame mostrarte el camino. - Se apartó para susurrarme aquellas palabras que sólo él sabia decir de esa manera. - Si me dices que pare lo haré. Te entregarás a mi por tu propia voluntad y sin cargas.
Sentía la mano de Itachi deslizarse por mi cadera, entrar por la abertura de mi capa, buscar la cintura de mi pantalón e inmediatamente introducirse en mi ropa interior. Sus dedos acariciaban mi intimidad de una manera lenta, y dolorosamente sensual.
-Para no poder estás muy húmeda. Puedo notar como, con un poco de atención, estás a punto de correrte en mi mano.
-No, por favor, Itachi. - No podía aguantar aquello, si seguía así caería en sus manos. Me estaba llevando al límite con sus caricias, me encontraba muy muy excitada y cada segundo que pasaba ansiaba mas notar su miembro en mi interior, llenándome por completo.
-Puedes pararme cuando quieras hacerlo de verdad. - Noté como introducía dos dedos en mi interior y mi boca se abría para gemir. Solté un grito que él calló con sus labios. Me sorprendió, estaba mostrando mas sentimiento del que podía esperar.
-Para. - Frenó en seco aquel hermoso placer que me estaba dando. - Es mejor así.
Le empujé despacio, mas que nada para apartarle de mi cuerpo, le miré a los ojos suplicando perdón y él entendió lo que necesitaba en ese momento.
Abrio la puerta y se fue, no sin antes mirarme otra vez y sonreírme mientras repetía.
"Te liberaré, algún día, nos liberaremos de nuestras cargas, Konan. Podrás ser libre de tu encrucijada, y entonces, te entregarás a mi."
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