[DBZ] Mi nueva vida +18 Vegeta & Bulma Capítulo 7 Cumpliendo mi palabra



Capítulo 7
Cumpliendo mi palabra


Miro pasar los días mientras el sentimiento en mi corazón sigue creciendo, apoderándose de mi de una forma que me está destrozando por dentro. Esto ya no es cariño, cada día siento más amor por un hombre que me ignora, me enloquece y me confunde.

Yamcha sigue insinuándose conmigo, dándome una atención que hasta ahora no me había dado. "No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes." Y sospechaba que eso le ocurría a él ahora. Pero ya era tarde, estábamos muy quemados y muy jodidos como para volver a tener algo. Había decidido empezar a vivir mi vida sin ataduras, buscar la fuente de la felicidad en algún lado, con alguien... Ese alguien era Vegeta, pero ami me ignoraba. Sólo le interesaba cuando quería dormir o entrenar. Aquellos momentos donde yo pensaba que sentía algo, se esfumaban cuando me daba a entender que no era así.

Escucho un gran estruendo que me saca de mis pensamientos, dándome cuenta que los proyectos que iba a hacer hoy sobre otra máquina, no los había ni empezado. Así era últimamente todo, mi cabeza se pasaba las horas pensando en él y en lo que no puede ser.

Me asomo a la ventana sin dar mucha importancia al ruido, no es de extrañar que haya hecho explotar algo, como siempre, pero lo que veo me hiela la sangre y me hace temer por él.

La cámara de gravedad destruida, Vegeta tirado en el suelo y cubierto por los escombros. Salgo corriendo de allí, derecha a donde él está para intentar ayudarle. Me quedo observando su cuerpo, sin saber como reaccionar, y lo veo moverse, asustándome. Se levanta y se tambalea a mi lado y voy a cogerle, pero no puedo con él y caemos los dos al suelo, con él inconsciente.

Con ayuda consigo dejarle en la cama y llamo al médico, me explica que se recuperará, pero la preocupación invade mi alma y no puedo dejar de preocuparme por él. Pasa dos días en la cama, sin despertar y yo no puedo moverme de su lado. Cansada y sin poder tirar de mi cuerpo me quedo profundamente dormida a su lado, sobre el escritorio.

Abro los ojos atontada y lo veo despierto a mi lado, mirándome. Sin darme cuenta le sonrío y aparta la cara avergonzado, con el rubor en sus mejillas.


  • - Al fin despiertas. - Digo acariciando su cara. - ¿Cómo te encuentras?
  • - Perfectamente. - Me aparta y se intenta incorporar en la cama. - Me largo de aquí.
  • - ¿Pero a donde te crees que vas? - Y le empujo sobre la cama, cayendo sobre él. - No te vas a mover de aquí, Vegeta, aunque tenga que atarte a la cama.
  • - Mujer... ¿Qué estás haciendo? - Se queda inmóvil mirándome a los ojos, completamente sorprendido. - ¿Qué...qué haces ahí encima?
  • - Vaya, así que hay una forma de evitar que te muevas. - Me aguanto la risa al verle tan nervioso. - Como se te ocurra intentar levantarte otra vez, me acostaré encima de ti.
Algo tembló en mí al dejar salir estas palabras de mi boca, pues un sentimiento cálido me recorría el estomago llegando a mis partes mas íntimas. Me sonrojo sin poder evitarlo y mi respiración se acelera.
  • - Lo... lo siento. - Me aparto de él. - Por favor, no te muevas, tienes que recuperarte.
  • - Mira que eres rara, humana.

Veo en su cara que no comprende nada, pero ¿qué le digo? ¿Qué me he excitado estando encima de él? "Pues quizás así consiga algo", pienso para mis adentros.


  • - Vegeta... - Me acerco mimosa, pasando la mano por su pecho. - ¿Qué es para vosotros el sexo?
  • - ¿Cómo dices, mujer? - Su cara es un poema, juraría que si la toco, está ardiendo. - ¿Por qué me tocas así?
  • - Quiero saber que significa para los Saiyans el sexo, ¿es como para los humanos?
  • - ¿A qué viene esa pregunta? - Está muy nervioso, como nunca antes lo había visto.
  • - Soy muy curiosa, Vegeta. Siento curiosidad por saber si para vosotros, el sexo es tan placentero, excitante y una muestra de amor como para algunos humanos.
  • - Mujer... - A través del rabillo del ojo puedo darme cuenta que su miembro comienza a endurecerse bajo la sábana que lo cubre. - Eso es... un instinto animal, nada más.
  • - ¿Cuánto llevas sin dejar salir tu instinto, príncipe? - Ronroneo más cerca, siendo consciente de que lo estoy poniendo cachondo y que se está doblegando por una vez ante mí.
  • - ¿Cómo dices? - Intenta moverse de la cama, mientras traga saliva y mira hacía abajo, viendo mi mano bajar por su cuerpo.
  • - Ya me has oído. - Mi mano se pierde por debajo de la sábana. - Puedo ayudarte, si me dejas.
  • - ¡Mujer!
  • - Te dije que en mi casa no te faltaría de nada, no quiero incumplir lo que dije.



Pero ya no podía hablar, tenía la boca entreabierta y respiraba con dificultad mientras mi mano se acercaba a la parte mas íntima de su cuerpo. Descarada y atrevida, como nunca imaginé con él, agarro el duro miembro con mi mano. Por alguna razón me apetece mucho darle placer, y verlo en la cama y herido me despierta un lado protector y sumiso con él.

Cuando abre la boca y creo que va a decir alguna palabra, le pongo el dedo de la otra mano en la boca, y le susurro que se calle. Mientras mi mano acaricia su paquete y siente el grosor en su mano me acerco a su oído a decirle palabras que lo hagan llegar al límite.

"¿Sabes, príncipe? Puede que no te hayas dado cuenta, pero el hecho de estar sobre ti me ha puesto muy cachonda. Estoy tan mojada de imaginar como tus manos recorren mi cuerpo y te apoderas de mi... Me siento arder de pensar que me abras las piernas y te coloques en medio y me penetres despacio, lentamente, sintiendo como invades mi cuerpo y mi carne se abra para recibirte."

Masajeo, subiendo y bajando con el en mi mano, mientras susurro todo lo que me gustaría hacer con el en su oído, pasando la lengua por su cuello.

Me siento poderosa, triunfadora de ver como un hombre como Vegeta está callado y rendido ante mi así.

Siento como se tensa, como todo su cuerpo se pone mas erguido y me oculta la mirada moviendo la cabeza hacía el otro lado. Va a correrse, lo sé. Y entonces pasa, se deja ir en mi mano y veo, otra vez, que se pone colorado en mi presencia.

Cuando acabo me marcho sin decir nada. Vuelvo a la realidad y me pregunto en que demonios estaba pensando para hacer esto. Con qué cara miraría yo a partir de ahora a Vegeta.

Los dos días siguientes intentaba no cruzarme con el príncipe, el cual era más atendido por mi madre que por mi, a petición mía. Pero por muy grande que fuese la casa, en algún momento nos encontraríamos. Así fue, llegó el día en el que me encontré con él y no supe mirarle a los ojos. Él no mostraba ningún síntoma de nuestro encuentro y actuaba con normalidad. Opté por hacer lo mismo y hacer como si no hubiera pasado nada.

Estoy en la cocina, frente a él, preparando su dichosa comida que reclama hambriento. Le doy la espalda y poco después siento como unos brazos me rodean. Vegeta, me abraza pegando su cuerpo al mio, su erección golpea en mi culo como si fuera atravesarme y sin poderlo evitar, empiezo a empapar la ropa interior.

  • - Pensaba que tenías hambre. - Digo quedándome quieta.
  • - Pero no dije de qué, mujer.

Me da la vuelta y me sube sobre la encimera. Me agarra por los muslos abriendo mis piernas y empieza a subir por ellos. En mi interior agradezco la falda que me puse. Me despoja de las bragas sin ningún tipo de cuidado. Todo brusco y animal... Algo que me enciende cada vez mas. Mete las manos por mi camiseta, agarrando los pechos con sus manos y pellizcándome los pezones.

  • - ¿Qué haces, Vegeta? - Pregunto tentando a la suerte, pero quiero saber por que este cambio de actitud.
  • - Me dijiste que ibas atenderme en mis necesidades, mujer, y esto es lo que necesito ahora.

No muestra interés romántico, ni cariño, sólo un deseo carnal salvaje y animal, tan primitivo como él mismo.

Me agarra por las caderas y me mueve hacía adelante para posicionarse entre mis piernas y penetrarme de una vez, haciendo que grite por la intrusión repentina. Me embiste cada vez mas rápido, de forma desesperada. Suelto pequeños gritos que calla con su mano, tapando mi boca. Soy consciente de que ahora mismo soy un objeto para él, que sólo soy su apoyo sexual y un medio para desahogarse. Pero la idea de servirle así, en cierto modo, me excita y mucho.

Me baja de la encimera y me pone de espaldas a él, me empuja hacía adelante quedando mi culo a una altura que puede observar en primer plano.

Sólo digo un "No" para darse cuenta a que me refiero. No quiero sexo anal y él se ha dado cuenta sin más explicaciones. Me acaricia los cachetes, dándome pequeños azotes que me están haciendo mojarme y desesperarme cada vez mas. Nuevamente entra en mi, desde atrás, abriendo mi carne para él y haciéndome gritar de placer mientras su cuerpo y el mio se mecen en un baile buscando el orgasmo.

Suplico, pido y grito de forma desesperada que me de más, que continúe y que no pare. Al final nos dejamos llevar, sintiendo cada músculo de nuestros cuerpos tensarse, cada latido de nuestro corazón retumbar acelerado en nuestro pecho, y como por mi entrepierna siento mis flujos y los suyos derramarse. Ambos saciados y acariciando el éxtasis del placer apoyados en la encimera, él sobre mi y yo sobre ella, con la respiración entrecortada.

Me da un azote mientras sale de mi y me susurra en el oído. "Ahora quiero la otra comida, mujer".

Comentarios

  1. Mega like👍 me encantan sus deseos carnales pero el comportamiento de Vegeta tan salvaje y sexual me prende al leerlo 😍😍

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  2. ¡Que pasional este Vegeta! La verdad es que yo en esa época me lo imagino así, no sé. A ver si saco un rato y me leo el resto que tiene pinta de interesante ^^. Besos ^^

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