Sometida al placer +18 Capítulo 6
Capitulo 6
Camino a casa paro en el centro comercial. Necesito quitarme el estrés que me atosiga últimamente y lo único que hasta ahora ha funcionado, quitando el sexo, el cual no tengo, son los videojuegos.
Haciendo cola en la caja me siento observada, me doy la vuelta y no veo a nadie que me esté mirando, lo cual me inquieta. Tengo la ligera sensación de que hay alguien ahí que no me quita ojo, sin embargo al mirar no veo nada. Llama mi atención un chico que veo al final de espaldas, me resulta familiar, pero no consigo verle la cara.
Tras un rato explicándole al dependiente que el juego que quiero está en XBOX y no en Playstation, me vende mi artículo y me voy a casa dispuesta a probarlo.
Cuando entro en el salón me quedo con la boca abierta al contemplar lo que ha montado Jake...
- - ¿Qué cojones es esto?
- - Alma, llegas pronto. - Lo veo ponerse el pantalón y acercarse a mí.
Me coge del brazo y me arrastra hasta la cocina donde intenta calmar mis nervios ante la escena que acabo de presenciar.
- - Por favor, contrólate y no la líes.
- - ¿Qué no la lié? ¿Enserio? - Pregunto incrédula. - Tienes montada una puta orgía en mi casa, Jake. ¿En que cojones piensas?
- - Nuestra casa, Alma. - Mira hacía atrás para asegurarse que no viene nadie. - Por favor no lo estropees.
- - A ver Jake...He recibido una carta del hijo de puta que me amargó la vida. Trish nos sigue dando por culo aunque no forme parte de nuestras vidas. Tengo sueños eróticos con alguien que no sé quién es. Vengo a casa para sentarme un rato a la videoconsola y desconectar, y me encuentro una orgía en mi salón. - Tomo aire intentando tranquilizarme. - Y tú me dices...¿Qué no lo estropee? ¡¿ES QUÉ NOS HEMOS VUELTO TODOS LOCOS?!
- - ¿Sueños eróticos con un desconocido? - Me pregunta como si lo que antes le he soltado, no fuera importante.
- - Únete a la fiesta preciosa. - Cuando pensaba que algo no podía cabrearme mas, una rubia con las tetas operadas me toca el culo y me invita a la orgía. - Necesitas relajarte.
Debía de estar muy mal, definitivamente, por que no comprendo por qué la idea me tentó así. La deseché. Lo que me faltaba ahora, enrollarme con una tía y montarme una orgía. Como si no tuviese problemas suficientes ya en el sexo.
- - Jake, coge a toda esta puta gente y desaloja, ¡YA! - Grito mientas agarro de los pelos a la rubia rellena de silicona que me está magreando.
- ¡Estrecha!
- - Perfecto, pero la puerta no es estrecha, así que ya puedes salir por ella. Largo de mi casa.
- - Alma, estás perdiendo la cabeza, necesitas ir a Amerson cuanto antes.
Se da la vuelta cabreado y empieza a hablar con ellos, que con miradas que atraviesan, se dirigen ami. Me siento frustrada, incomprendida y alterada, con ganas de apalear cualquier cosa que tenga delante.
¿Perdiendo la cabeza yo? Pero si se está montando una puta orgía sexual en el salón de casa... Esto es de locos, no comprendo nada.
Sin ganas de nada me voy a la ducha, a ver si es posible un poco de relajamiento sin que haya alguien tocándome la moral. Pero como es imposible eso en mi vida, cuanto estoy desnudándome para meterme en el agua, Jake entra con mala cara y un sobre en la mano.
- - Toma. - Me extiende de mala gana, pasando por alto que estoy en ropa interior.
- - ¿Qué es esto? - Pregunto confusa. - ¿Una orgía dentro del sobre?
- - Qué graciosa. Ábrela... - Negó con la cabeza. - Pasaré por alto el numerito de antes, por que creo que tienes algo serio en lo que pensar.
- - No puede ser. ¿Otra carta?
- - Llegó esta mañana, no venía certificada. - Me abraza, ignorando toda nuestra trifulca anterior. - Lo siento, cariño.
Así era nuestra relación. Podíamos matarnos y al minuto siguiente queriéndonos como si no hubiera un mañana. Éramos hermanos, el uno para el otro. Siempre estábamos ahí, pese a nuestras idas de olla en más de una ocasión.
Dos cartas en dos días. Me empezaba a temer que Andy volviera y cumpliera con lo que me prometió. No podía pensar en nada más.
Cuando conté a Jake lo que ocurrió con él, decidimos mudarnos juntos. Quise empezar una nueva vida alejada de todo aquello que me estaba pesando en los últimos meses. Todas mis relaciones habían tenido un final espantoso, todas y cada una de ellas no habían durado más de 15 días. Sin embargo con Andy estuve varios meses. Se podría decir que fue mi relación más duradera y seria.
Sonó mi móvil, que estaba encima del mueble del baño, y lo cogió Jake. Rápidamente colgó y me dijo que no respondía nadie. Acto seguido recordé que esta mañana había recibido una llamada igual. Comenté a mi compañero lo que había pasado y asintió. Seguramente Andy estaba poniendo en práctica algún plan macabro para desestabilizarme otra vez, ahora que había conseguido salir del agujero, no una, sino dos veces. Pero no lo iba a conseguir, no se lo permitiríamos ni Jake ni yo.
Tras ducharme me puse un rato con el ordenador revisando los correos de los últimos días, que no había mirado. Me encontré con uno de Barry sin leer. Era de esta mañana, y no tenía mensaje, sólo unas fotos mías comprometedoras en ropa interior.
Decidí llamarlo, no tenía idea de lo que quería decir su email. "Otro problema más", me digo a mi misma.
- - Hola Barry. - Digo al fin cuando coge el teléfono, tras varios tonos de llamada. - He visto tu email.
- - ¿Qué quieres Alma?
- - Eso pregunto yo. ¿Qué quieres? ¿El por qué de ese mensaje?
- - Esperaba que me llamaras hoy tras como me echaste de tu casa... Pero veo que he necesitado actuar yo para que lo hicieras.
- - ¿Qué quieres de mí? Cumplí con mi parte anoche.
- - ¿Tu parte? - Pregunta ofendido. - ¿Eso basta para una relación?
- - ¿Qué relación? Lo nuestro era sólo sexo.
- - ¿Sólo sexo? ¿Cual? Si no hemos tenido nada de eso... Siempre huyendo, siempre rechazándolo... No hay quien te entienda. ¿Te entiendes tú?
- - ¿A qué venían esas fotos ? ¿Por qué me las mandas? - Suspiro cansada, evitando responder a su pregunta.
- - Ya te lo he dicho, buscaba llamar tu atención.
- - ¿Para qué? ¿Qué quieres?
- - Me quedé mal por tu actitud... Podríamos intentarlo y...
- - No hay nada que intentar. - Solté en un impulso, casi sin reaccionar. - Tengo un problema y no puedo solucionarlo. Lo mejor será que quede aquí.
- - ¿Estás segura?
- - Lo siento Barry... - susurré afectada. - de verdad que me hubiera gustado que las cosas fueran distintas, pero no fue así. Tengo un pasado que no me lo permite.
- - Ya veo. Eso quiere decir que no vamos a volver a vernos, ¿no?
- - No por el momento. Me gustaría mantener una bonita amistad contigo, si es posible.
- - Claro, Alma... Como prefieras.
Me parecía demasiado simple dejar algo como lo que teníamos así, sin más. Si es que teníamos algo, lo cual nunca estuvo claro. Tampoco quería obsesionarme con todo lo que me rodeaba. Si Barry había aceptado mi propuesta, ¿para qué darle mas vueltas?
Estaba agotada aquel día, últimamente siempre lo estaba y no había manera de descansar, así que con pesar me acosté pronto y me tomé un par de pastillas para dormir bien.
Cuando me desperté al día siguiente, no podía creer la hora que era. Había dormido unas 9 horas del tirón, sin levantarme ni desvelarme ni una sola vez. Algo que necesitaba desde tiempo atrás. Agradecí mentalmente a Amerson por sus recetas. Llevaba mucho tiempo con las pastillas guardadas y desde que dejé el psicólogo no había vuelto a tomarlas, salvo alguna ocasión en la que no podía tirar de mi cuerpo por el cansancio. Me replanteaba tomarlas de forma habitual, aunque eso incluía acudir a él, lo cual me vendría bien con lo que estaba viviendo.
Había llegado el fin de semana, habían pasado unos días desde que recibí las cartas de Andy y hasta ahora, no había vuelto a tener más noticias de él. Las llamadas también habían cesado. Todo era raro y repentino, pero me encontraba mejor, y veía una esperanza al final del túnel, lo cual era una razón para estar más alegre. Jake y yo pasábamos las tardes juntos, notaba mi estado de ánimo mejor, y nos echábamos algunos ratos en la consola y otros tantos viendo series. Todo estaba yendo muy bien, pero algo en mi interior estaba inquieto, como un mal presentimiento de que fuese a pasar algo malo.
Intentando obviar esa inquietud que me encogía el corazón a ratos, me fui a trabajar. Josh me había avisado que hoy venía el chico nuevo en prácticas, que quedásemos en la cafetería para recibirle juntos.
Cuando entramos en la sala de reuniones donde nos iban a presentar, el chicom que se encontraba de espaldas, se dio la vuelta dejándome en blanco.
Ahora entendía todo. Las cartas, las llamadas, el cese inmediato de ellas... Ese chico, que a partir de ahora sería mi compañero, se llamaba Andy... Mi ex novio.
Edita el último párrafo anda:
ResponderEliminar........el chico se dio la espalda dejándome en blanco.
Digo yo que sería, el chico, que se encontraba de espaldas, se dio la vuelta dejándome en blanco.
La otra expresión no la conozco xD
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Buen capítulo, poco sexual, eso sí. He echado en falta que hubieras descrito un poco la escena con la que se encuentra al entrar en la casa, narrar un poco de la orgía, alguna descripción más allá de la "rubia con las tetas operadas" jajajajajajajajaja.