Sometida al Placer +18 Capítulo 7
Capítulo 7
12 de Noviembre de 1996
Estoy sentada con Penny, jugando con ella y la casita. Me siento tan bien con ella... ella me protege de los monstruos del armario, cuando estoy con ella no siento ruidos. Me acompaña cuando mamá no está. Jake se ha ido, mamá lo ha llevado al médico y le hecho de menos. ¿Cuando vendrá? La nana me cuida muy bien, me da chocolate y quiere que sea nuestro secreto.Seguro que ya mismo llega papá con ella. No me gusta lo que me dice, me hace pensar cosas feas y hacer cosas que no comprendo. ¿Lo sabe mamá? ¿Esto es normal? Las niñas del cole no me dicen nada de esto, me tratan como un bicho raro por lo que digo...me da vergüenza contar lo que papá hace cuando entra en mi cuarto. Él dice que es cariño, que así tratan los papás a sus hijas... pero él no es mi papá... Sin embargo ella si es su hija, y me odia, siempre me pega, me dice que soy una niña mala y tonta... Yo quiero llorar siempre, ¿Por qué no es mi amiga? Yo intento jugar con ella pero no me deja, dice que su papá me prefiere a mi...
*****
No puedo creer lo que están viendo mis ojos. Me sonríe de forma cínica, malévola, sabiendo que su presencia me altera. Es consciente del sentimiento que provoca en mi y, aún así, no tiene reparos en hacerme pasar por esto.
- - Labtec, te presento a Andy Fénix. - Alicia lo cogió por el hombro. - Será tu compañero.
No podía articular palabra. ¿Mi compañero? ¿Enserio? Tenía que ser una broma. No puedo creerme que esto me esté pasando a mi, tengo que salir de aquí y llamar a Jake. No puedo... Me ahogo. Siento que me falta el aire, el pecho me duele, me cuesta respirar... Me llevo la mano al corazón, intentando evitar los pinchazos que me invaden. Respiro agitada, ruidosa... Alicia pone cara de preocupación, lo cual me sorprende, y se acerca a mi con un vaso de agua que ha cogido de la mesa.
- - ¿Te encuentras bien? - Me mira los ojos y acepto el agua. - Siéntate.
- - Es... Estoy bien, gracias.
- - Que te sientes. - por su tono, o le hago caso por las buenas o lo hago por las malas. - Has sufrido un pequeño ataque de ansiedad.
- Respira despacio... respira... inspira... muy bien, así... Ahora necesito que me cuentes por qué estás así. ¿Ocurre algo?
- - No. Nada. - Mis ojos se clavaban como cuchillos en los ojos de Andy, el cual me observaba con satisfacción en su rostro. - Mala noche, y un poco de estrés.
Cuando salimos de la sala fui lo más rápido posible hasta el servicio. Necesitaba llamar a Jake, ponerle al tanto y que se nos ocurriera algo para alejarle de mí.
Mientras cerraba la puerta tras de mí saqué el móvil y me apoyé en ella, eché el pestillo e impaciente escuchaba los tonos de llamada que no eran correspondidos.
Frustrada y con mucha rabia en mi interior rompí a llorar mientras me dejaba caer al suelo con el móvil en la mano.
¿Por qué ahora? ¿Por qué, maldita sea? Ahora que empezaba a resurgir, que empezaba a ver la luz en este túnel tan oscuro... Ahora volvía un fantasma que me había destrozado por dentro. Lloraba desconsolada, sintiendo mis uñas clavarse en mis manos, de tanto como apretaba... Pero no me importaba el dolor, la impotencia de la situación me sobrepasaba. Sonó mi móvil y lo cogí de mala gana, Jake me explicaba que no lo había podido coger por que estaba ocupado con el trabajo.
- - Está aquí, Jake. Ha vuelto.
- -¿Quién? - Preguntó confundido, prestando toda su atención a mí. - ¿Qué dices?
- - Andy. - Dije temblorosa, intentando sin éxito detener las lágrimas. - Es mi nuevo compañero de prácticas.
- - Oh vamos, no me jodas, Alma...
- - ¿Qué puedo hacer? ¿Como puedo mirarle? ¿Qué coño hago, Jake?
- - Cálmate, cariño. - Pero sé que sus palabras eran humo, pues estaba tan tenso como yo. - Habla con la directora, explícale el caso.
- - Tengo miedo. No puedo creer que esté aquí.
- - ¿Quieres que vaya?
- - Cuando salga te llamo. - Ya estoy mas tranquila aunque sigo alterada. - Gracias, Jake.
Cuando cuelgo el teléfono y me pongo en pie, me pongo frente al lavabo y me echo agua en la cara, esperando quitarme las lágrimas y disimular los ojos hinchados. Conforme salgo me encuentro con él cara a cara y me quedo en shock.
- - Ni un triste saludo para alguien que fue tu novio.
- - ¿Qué quieres, Andy?
- - ¿Te gustaron mis cartas? - Como decirle que su maldito mensaje me había trastornado tanto. No podía aparentar debilidad por mucho que me estuviera rompiendo por dentro. - ¿Sigues viviendo con Jake?
- - ¿Qué coño te importa?
- - Llamé para escucharte y lo cogió él... Veo que no has cambiado nada, Alma. Sigues igual de rastrera con él.
- - Vete a la mierda, Andy. - Le solté dispuesta a irme de allí cuanto antes.
- - Chiss, tenemos que hablar. - Me agarró del brazo impidiendo que me marchara. - Últimamente has perdido un poco el control con los tíos.
- - ¿Qué estás diciendo?
- - ¿Quién es ese guaperas que cenó la otra noche en tu casa? ¿Y el tal Chris?
- - ¿Có...Cómo sabes tú todo eso? - Pregunté petrificada.
- - Conmigo no podías tener nada y sin embargo si puedes zorrear con todo el que se te acerca, ¿no?
Por instinto le solté una bofetada que me dolió más a mi que a él. Pero no pude evitarlo, ni me paré a pensar en las reacciones del hombre que tenía delante.
Me agarró del pelo empujándome al servicio y me aprisionó contra la puerta, acto que aprovechó para echar el pestillo y dejarnos a solas.
El pánico se apoderó de mí y no podía moverme, sólo gritaba, suplicaba y empezaba nuevamente a llorar.
- - No sé si has cambiado o no, pero has tenido mucho valor para pegarme, preciosa. - Le tenía tan cerca que podía oler su aliento, lo que despertó una arcada en mi. - Estoy cansado de ti, siempre la misma historia, siempre aguantando tus teatros de niña traumatizada... Me tuviste meses esperando algo que no llegaba, y encima yo fui el malo.
Sentía sus manos ansiosas y bruscas por mi culo, apretándome contra él. Podía notar la erección que crecía dentro de sus pantalones, como aquello le excitaba... como otras tantas veces. Y los recuerdos asaltaron a mi memoria dejándome estática, sin poder moverme, arrancando a llorar.
- - Vamos a ver que es lo que me perdí.
Me desabrochó el pantalón y cuando fue a bajármelos reaccioné forcejeando con él, sin embargo me costaba mantenerlos en su sitio. Por instinto y con rebeldía, en un acto de valentía levanté la rodilla y le di un golpe en sus partes. Momento que aproveché para salir corriendo y alejarme de él.
Me fui del hospital como alma que lleva el diablo sin pensar en la posibilidad de que esto supusiera una falta grave en mi expediente, por abandonar sin más mi puesto de trabajo. Pero ahora mismo no podía pensar en nada. Necesitaba a Jake a mi lado, ayudándome como siempre lo había hecho... desde niños.
Saqué de mi bolsillo el móvil lo mas rápido que pude, no quise parar siquiera a coger mi bolso y mis cosas de la sala de enfermeras, lo que más necesitaba de ahora era alejarme y pensar que decirle a Alica sobre todo esto. Seguramente se pondría hecha una furia, pero le haría recordar el ataque de ansiedad que me entro al ver a Andy allí, frente ami. Quizás así caiga en la cuenta de que su presencia es perjudicial para mi.
Necesitaba un hombro en el que llorar, como cada una de esas noches en las que tenía a Jake a mi lado abrazándome.
Cuando escuché su voz inquieta por teléfono arranqué a llorar. Nadie se preocupaba por mi nunca como lo hacía él. Si me separaran de él en este mundo no tendría a nadie. Demasiadas batallas vividas hemos pasado juntos, batallas que hemos superado el uno al otro gracias a estar unidos.
Esta era otra ocasión para demostrar nuestro amor el uno por el otro, pese a las peleas que tengamos, en los momentos de verdad estamos ahí.
Le conté por encima lo que había pasado y no dudo en venir a por mi y recogerme. Cerró la tienda donde trabajaba como informático y apareció, en unos 15 minutos, en la puerta para recogerme. Durante este rato no me había separado de Phill, el guarda de seguridad del Hospital. Lo que menos quería era volver a encontrarme a solas con ese desgraciado de Andy.
Cuando me senté en el coche me abrazó acariciándome el pelo, como siempre hacía. Su manera de tranquilizarme y darme su calor protector siempre me reconfortaba. Era esa una crema cicatrizante para las heridas que otros me creaban en el corazón. Así era Jake... Alguien con quien puedes sentir libertad, tranquilidad, ser tu misma y sentir que es tu otra mitad.
- - Quiero que le denuncies de una maldita vez, Alma. - Me decía serio, una vez en casa, sentados en el sofá con una taza de té. - Se acabó, ¿Es que no comprendes que si no lo haces seguirá molestándote cada vez más?
- - No tengo pruebas de nada, Jake. Es su palabra contra la mía.
- - Puede haber algo en su ordenador que quizás nos de las pruebas necesarias.
- - ¿Qué quieres decir? - Pregunté intrigada.
- - Los vídeos que te obligaba hacer, intentando crearte sentimiento de culpa, ¿los seguirá manteniendo?
- - No lo sé. - Miré al suelo avergonzada. - Quizás...
- - Quizás si le denuncias por abuso con esos vídeos puedan hacer algo para alejarle de ti.
- - Puedo pedir una orden de alejamiento, Jake. No creo necesario ver eso otra vez.
- - Sabes tan bien como yo que esa orden se la pasará por el forro, cariño. Hay que buscar algo para tenerle cogido por los huevos.
- - Por desgracia me tiene ami, sabe muy bien como amargarme la vida.
Pensando en la idea de Jake me di una ducha, y me metí en la cama. Intentando dormir me tomé dos bromazepan, con esperanza de que las pastillas me ayudaran a calmar la ansiedad que sentía, y poder dormir hasta el día siguiente. No quería salir de la cama, por mucho que fuese de día, me apetecía estar todo el día durmiendo. Me acurruqué en la cama, metida en mi pijama infantil que tantos momentos tristes ha vivido conmigo, me seguía torturando con los momentos dramáticos de mi pasado. Tendía, si estaba mal, a ponerme peor aferrándome a ellos.
Abracé la almohada, esperando irme con morfeo hasta el sueño más profundo en el que poder descansar, alejarme de lo malo y disfrutar de un poquito de tranquilidad... sólo un poco, sólo un rato necesito para poder sentirme mejor...
*****
Y le veo frente a mi, con sus ojos oscuros mirándome desde la sombra de mi habitación, observándome mientras duermo. Pero por alguna razón siento que alguien me mira y abro los ojos. Su penetrante mirada me hace sentir escalofríos y no puedo evitar sentir cierto deseo por que se acerque más.
Como si me hubiera leído la mente avanza hacía mi, sin apartar la mirada de mis ojos, y se sienta en mi cama. Me va destapando poco a poco y sus manos me agarran la cintura, mientras sus ojos me recorren de arriba abajo y su boca se abre, formando una sonrisa lasciva que invita a la impaciencia.
¿Impaciencia?, así me siento cuando le tengo cerca. Incapaz soy de rendirme, sólo me sé someter ante todo lo que me hace, siempre que me lo hace. Mi boca sólo se abre para gemir, suspirar o suplicar más.
Sube mi camiseta despacio, dejando al descubierto mi vientre por el que pasa la lengua despacio, dándome lametones que me empiezan a encender. Me deja los pechos al descubierto y sus manos los acogen apretando mis pezones haciendo que mi espalda se arqueé buscando consuelo. La desesperación me puede y agarro sus manos para llevarlas a mi entrepierna pero me detiene. Me sisea que no, y sé que se hará como él ordena, como él siempre desea.
Sube las manos por mis muslos lentamente, humedeciéndome por la espera de sentirle dentro de mí. Acerca su boca a mi sexo y lo coge ella, sin importar que la ropa se interponga entre nosotros. Finalmente agarra la cinturilla del pantalón junto con las bragas y, con ayuda de las manos, me deja completamente desnuda. Agarra mis piernas y las levanta, separándolas para meter su cabeza en medio y saca su lengua mirándome.
Y un gemido se me escapa, justo antes de ver lo que hará, sólo con mi pensamiento siento que me estoy muriendo en sus manos. Acerca la lengua, con la delicadeza que no imagino de él, empieza a pasarla por mi sexo, lamiendo de abajo arriba y entreteniéndose en mi entrada. Su boca ocupa mi humedad, restregando su cara y obligando a mis manos que ocupen su cabeza. Pero no hace falta, estoy en el éxtasis más puro agarrando su pelo y empujando para mantener sus labios junto los míos. Desesperada muevo las caderas buscando mi liberación, pero me sujeta, impidiendo que me mueva y me hace sufrir una tortura estando quieta.
Se aparte, introduce dos dedos en mi interior mientras su lengua golpea mi centro nervioso. Siento que en cualquier momento voy a estallar en él.
- - Me gusta saborearte, lamerte, hacerte perder la razón con el placer. Ver como te deshaces en mis manos sin poder evitarlo. Adoro verte disfrutar así del sexo, como te entregas por completo a él. Quiero que te corras conmigo Alma, en mis manos, en mi boca, en mi polla... con cada parte de mí, y ver en tu cara el placer y la satisfacción reflejada.
Y no puedo más. Esas palabras consiguen hacerme reventar en su boca y me dejo ir. Pero llega su turno, y satisfecha me dejo ordenar y obedezco. Colocándome a cuatro patas me agarra del culo y me penetra de una embestida, dándome fuerte, sintiéndolo en lo más profundo de mi ser como me atraviesa y disfruta conmigo. El placer que le da mi cuerpo me resulta excitante, adictivo... no quiero que se acabe. Agarrándome de la cintura entra y sale de mí, dando azotes que me hacen excitarme y querer correrme otra vez. Siento como se tensa, como nuestros cuerpos, golpeados el uno con el otro, están apunto de explotar de placer y me incita a dejarme ir, mientras él de una última embestida, se corre dentro de mí y caemos saciados sobre la cama deshecha.
Bueno, está bien. Podría haberle contado a la directora desde el principio qué pasaba, en vez de irse, pero ya veremos como lo resuelve todo.
ResponderEliminarTengo la ligera idea de que el amigo de las orgías, el compañero de piso, es el misterioso que aparece cuando ella está autodrogada, no creo ya que todo sea un sueño.
Sobre la parte sexual bien narrada, aunque para tanto preámbulo oral de él hacia ella, después de que encima fuese parecido a lo narrado en el capítulo anterior, queda un poco escaso luego la parte de la, y disculpa la palabra malsonante, follada, en un solo párrafo como de pasada para finalizar. Es solo mi opinión, ojo. xD
Bien narrado, veremos como continúa.