Vagando en la confusión [Relato suspense/ terror]
Vagando
en la confusión
No se
como he llegado aquí, pero me encuentro un jardín y no
metafóricamente hablando. Junto a varias personas que no se quienes
son, me encuentro empuñando una pistola, intentando huir de un grupo
de gente que avanza lentamente y que parecen completamente idos de su
ser.
Recordé
las películas de zombis e infectados que he visto durante toda mi
vida, pero no, esto no tiene que ver con eso. Son gente normal y
corriente que simplemente nos quieren atacar y nos están
acorralando. Juntando nosotros la espalda unos contra otros
intentando cubrir cada punto, conseguimos esquivar el grupo e huir
hacía una parte del jardín donde se haya una puerta.
Nuestro
desahogo se esfuma cuando vemos sobre ella una cadena atada mediante
un candado e intentando abrirla vemos como el mismo grupo de antes se
aproxima hacía a nosotros.
Disparamos,
presos del pánico y de la situación no sabemos si lo que estamos
haciendo es correcto, pero es vivir o morir y nuestra elección es
clara.
Un de
mis compañeros está disparando a la cadena intentando romperla y
cuando lo consigue salimos corriendo y entramos por la puerta.
Forcejeando
por cerrarla y quitar las manos que quieren abrirla, conseguimos
librarnos de ellos. Cuando nos damos la vuelta y vemos el escenario
que nos aguarda siento un escalofrío que me cala a lo más hondo de
mi ser. Es un metro abandonado, donde pueden verse paredes
agrietadas, escombros, equipajes tirados por el suelo completamente
rotos y destartalos y lo que más pavor nos provoca... sangre.
Un
camino de sangre inunda parte del suelo, adorna paredes con huellas
de una mano que podría echarle unos 12 años a lo sumo. Huellas y
más huellas por paredes y suelo, haciendo que la atmosfera se tense
a nuestro alrededor, pudiendo oler la sangre seca, provocando que
nuestros sentidos se pongan en alerta y que nuestra imaginación nos
juegue malas pasadas. Me parece oír un ruido, algo ligero, como un
susurro en el aire quedándose atrapado.
La
poca luz que alumbra el metro parpadea, haciendo sombra inconsciente
de los objetos que residen ahí. Puedo escuchar los latidos de mi
propio corazón intentando salirse del pecho para huir de esta
visión, de este ambiente, de este misterio que nos rodea y que no
parece claro o tener fin. Todo es muy confuso, ilógico, parece
irreal y conforme más avanzamos más se intensifica la sensación de
estar formando parte de algún tipo de reality show.
Puedo
afirmar con certeza que mis compañeros no están mejor que yo, ya
que su cara desencajada dice todo. Les tiembla el pulso y el arma se
tambalea en sus manos, casi le cuesta sostenerla. Pero seguimos
avanzando poco a poco y el ruido del suelo nos hace mirar mientras se
escapa de nuestras bocas un grito que ahogamos con la mano intentando
no llamar la atención.
Sólo
son ratas, comiéndose algo que hay en el suelo envuelto en un
plástico y del que gotea sangre. Uno de mis compañeros se agacha y
alarga la mano "¡¡¡No!!!" consigo decir justo
antes de ver lo que hay bajo el plástico. Lo que había más bien.
Bajo ese intento de cubrirlo había un cadáver en descomposición al
que le faltaba la garganta, pulmones y posiblemente algún órgano
más así a ojo. Ya que es imposible hacer algún análisis ahora
mismo y sólo veo vísceras y partes de su cuerpo en zonas que no
deberían. Las ratas se están montando un festín y el miedo se
apodera cada vez más de mi "¿Dónde estamos? ¿Qué
demonios hago yo aquí?" Cierro los ojos, cojo aire y lo
suelto de golpe intentando mantenerme firme.
He
perdido la noción del tiempo, no sé que hora es, ni cuanto a pasado
desde que entramos por este túnel y estamos recorriendo el metro,
pero al final vemos una especie de luz y con cuidado nos acercamos.
Allí vemos una figura en el suelo, de rodillas y estática. Me
acerco lentamente hasta a ella y con el arma temblorosa en mi mano,
poso la mano libre en su hombro, llamando su atención.
Se
gira hacía mi y me mira a los ojos. Unos ojos claros, grandes, y la
carita de una niña me mira. Tendrá unos 10 -12 años y tiene la
cara desencajada, posiblemente del miedo y pienso en como habrá
sobrevivido aquí sola sin volverse loca. No veo a nadie alrededor,
sólo ella de rodillas y con las manos apoyadas en el suelo,
mirándome confusa y en shock. Le hablo y no reacciona, sólo me
mira.
Le
pregunta su nombre, que hace ahí, si está con alguien pero no
reacciona a nada. La veo levantarse y se pone de pie frente a mi.
Noto un olor extraño, como a óxido y siguiendo el rastro veo sus
manos llenas de sangre "Las huellas de la pared"
pensé. Pero estuve mirándola por todos lados y no le veía ninguna
herida, "¿Sería posible.... sería posible que esa sangre
no fuera suya? ¿Qué horrores le habrán hecho y habrá tenido que
presenciar esta niña?" La cojo del brazo e intento volverla
a la realidad, y sus ojos parecen cambiar y volver a estar aquí, con
nosotros.
No
dice nada, sólo avanza despacio y a paso firme por el túnel, la
seguimos y nos lleva a una puerta por la que nada más entrar ella
desaparece, se esfuma, y cuando voy a mirar a mis compañeros para
ver si han visto lo mismo que yo o me estoy volviendo loca, tres de
ellos no están. Sólo hay uno conmigo que parece tan confuso como
yo.
Le
agarro del brazo mientras mi boca tiembla y sin otra opción salvo
volver por donde hemos venido solos, nos metemos en esa puerta.
Miramos hacía atrás y la vemos cerrada de golpe. El nudo en la
garganta me asfixia y temblando sigo hacía adelante con mi
compañero. Todo se convierte en un laberinto cuando empezamos a ver
puertas y más puertas. En una de ellas podemos girar el pomo y
entrar, viendo delante nuestra a la niña, con la boca desencajada.
Se
sujeta la mandíbula y la abre, soltando un grito acompañado de un
líquido extraño que se expande por el suelo, llegando a mis pies y
mojándome la zapatilla. Veo como sus dientes se empiezan a
desintegrar, y como siento en mi boca parte de mis dientes haciendo
lo mismo. Como si al entrar en contacto con ella me pasara igual. No
entendía nada.
Cojo
un trozo de tela del suelo y me intento secar para evitar mojarme
más, pero en ese momento se abalanza sobre mi y yo reaccionando en
un momento, la agarro del cuello por la tela evitando que se mueva y
me muerda o me eche mas líquido extraño. "Dios mío, estoy
ahogando a una niña...¿Qué me pasa?" Pero se suelta del
amarre y la veo frente a mi "A ver si podéis contra mi otro
pulmón" dice dejándonos atónitos a ambos y viendo como echa
la cabeza hacía atrás y al mirarnos sus ojos se han vuelto blancos,
sin visión. Vuelve a desaparecer.
Escuchamos
pasos y nos ponemos en alerta, nos escondemos, si no nos ve no podrá
atacarnos, quiero pensar. Pero se tiene que guiar por el sonido
cuando sabe perfectamente donde nos hemos colocado y en un amago de
distracción nos separamos, llevándose mi compañero la peor parte y
llevándola con él.
Me
escondo tras una puerta y veo a través de las sombras como estoy en
un baño. Delante mía veo un lavabo y un espejo, apareciendo en un
instante nuevamente la niña, olfateando e intentando escuchar a su
alrededor. Yo, aguantando la respiración, rezaba para que no me
viera.
A
través del reflejo del espejo veo como mi compañero, sano y salvo
aparentemente, aparece por detrás sin hacer ruido y me hace un gesto
con la cabeza, y yo contesto con el mismo, insinuando que estoy bien
por ahora. Ella saca de su bolsillo una barra de pintura verde y
empieza a escribir en el cristal "Puedo verte tras de mi,
puedo sentirte, y a ti también tras la puerta."
Se me
encoge el corazón y mi compañero me agarra de la mano y tira de mi,
emprendiendo una huída sin mirar atrás. Sin embargo no estamos muy
lejos cuando delante nuestra vemos a la niña nuevamente, con el
pecho abierto y un pulmón asomando. Nos damos la vuelta pero nos
encontramos otra vez con ella, "¿cómo es posible?"
miro de un lado a otro y ahora lo entiendo. Hay dos, cada una tenía
el pecho de igual manera, como si fuesen la misma persona separadas.
Me abrumaba aquello, era extraño, aterrador, ilógico. Ella tenía
el pulmón contrario a la vista. Y entonces las palabras de ella
resonaron en mi cabeza " A ver si podéis contra mi otro
pulmón".
Ambas
se abalanzan hacía nosotros, y mi compañero y yo nos miramos
intentando defendernos. Sin embargo las armas que antes teníamos
habían desaparecido como por arte de magia. Planeamos huir, pero una
de ellas agarra a mi compañero, y puedo ver como le abre la garganta
y sus ojos van perdiendo su color, como lo garganta y órganos son
arrebatados y antes de darme cuenta siento unas manos sobre mi
ejerciendo presión.
"Vamos,
despierta..." Abro los ojos descubriendo que todo ha sido
una pesadilla y respiro aliviada al ver que todo ha sido un mal
sueño.
"Aquí
está tu nueva hermana adoptiva" veo a mi madre sonriendo
dando paso a una niña... una niña que me es familiar. "Te
presento a Elizabeth" Dice cuando consigo ver la cara y es
la misma niña que la de mi sueño, "Y
aquí está su hermana gemela Claudia. Ambas vivirán con nosotros a
partir de ahora."
Siento
un escalofrío al verlas juntas, removiendo en mis adentros el sueño
vivido, viéndolas a ellas con la misma apariencia infantil que
entonces y recordando como me habían intentado comer y como
devoraron a mi compañero y entonces no puedo evitar preguntarme
"¿Esto también es un sueño?"
PD: Basado en una pesadilla.
Eva, soy ese chico cinico y egoista que tantas cosas ha hecho mal, y aunque probablemente ya te cueste creerme, regreso ante ti suplicando tu perdon.
ResponderEliminarMuchos problemas personales (principalmente psicologicos) influyeron en mi comportamiento, pero en ningun caso lo disculpan.
Ahora me doy cuenta de que me dedicaste una gran parte de tu tiempo libre, de manera incondicional, y yo en lugar de agradecerlo te trate mal y te exiji mas, te quise solo para mi sin darte nada a cambio.
Me gustaria retomar el contacto contigo, a traves de twitter o la red que suelas utilizar, te prometo que nunca mas volvere a ser la persona frivola que fui en el pasado.
Quisiera que me respondieses incluso si fuese para decirme que no quieres saber nada de mi nunca mas.